jueves, septiembre 10, 2015

Refugiados y desplazados

La noticia publicada el día de hoy en el periódico de mi ciudad termina diciendo así: "Un total de 381.412 personas han llegado a Europa, a través del mar Mediterráneo, desde enero de este año, y 2.850 fallecieron en el trayecto o fueron dadas como desaparecidas, informó el martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR)".

De hecho, ACNUR calcula en casi 60 millones el número de personas alrededor del mundo que han sido forzadas a huir de sus hogares debido a la guerra o a la persecución. La guerra sigue siendo la causa principal del desplazamiento forzado en el mundo. El 55% de los refugiados proceden de cinco países: Afganistán, Somalia, Irak, Siria y Sudán del Sur. Respecto a las personas desplazadas, figuran países como Siria, pero también Colombia. Hay 10 millones de personas apátridas, es decir, que carecen de una nacionalidad, en países como Myanmar, Côte d'Iviore, República Dominicana y Tailandia, entre otros. Esto, según ACNUR, a finales de 2014.

Las noticias dan fe de la gravedad del fenómeno, ejemplificado los últimos días por la oleada de personas que buscan en la vieja Europa alguna posibilidad de subsistencia, arriesgando todo (literalmente). Un drama humano inimaginable. La Comisión Europea ha propuesto que la UE reciba 160 mil personas en total, distribuidos en cuotas por país. La propuesta ha recibido oposición de Hungría, alegando que ese éxodo masivo amenaza "las raíces cristianas de Europa". En Francia algunos diputados se pronunciaron por recibir únicamente a cristianos, mientras que la extrema derecha considera que si los clandestinos trabajan es un "escupitajo" en la cara para los desempleados franceses. Esto, según el periódico de hoy.

Por lo visto, los refugiados reciben zancadillas y patadas no sólo de las camarógrafas húngaras. Vean las noticias (no las de prensa rosa ni los deportes) y quizá concuerden conmigo en que esta es una época extremadamente violenta, en la cual los derechos de las personas y la paz de los pueblos (también un derecho) están a la baja.

Escritas en 1939, las dramáticas palabras de W. H. Auden son más actuales que nunca: es el primero de diez poemas agrupados en "Diez canciones", que algunos llaman "Blues del refugiado". Así de poderosas son las silentes palabras de los poetas:    

Digamos que hay diez millones en esta ciudad,
unos viven en mansiones, otros viven en agujeros:
con todo, no hay lugar para nosotros, querida, no hay lugar para nosotros.
Alguna vez tuvimos una patria y nos pareció justo,
mira en el atlas y ahí la encontrarás:
no podemos ir a ella ahora, querida, no podemos ir ahora.
En el cementerio del pueblo hay un árbol viejo
que al llegar la primavera florece nuevamente:
los viejos pasaportes no hacen eso, querida, los pasaportes viejos no lo hacen.
El cónsul golpeó la mesa y dijo:
“Si no hay pasaporte están oficialmente muertos”:
pero aún vivimos, querida, aún estamos vivos.
Fui a un comité; me invitaron a sentarme;
me pidieron cortésmente que volviera en un año:
pero ¿a dónde iremos hoy, querida? ¿hoy a dónde iremos?
Fui a un mitin público; el orador se puso de pie y dijo:
“Si los dejamos entrar se robarán el pan”;
hablaba de nosotros, querida, hablaba de nosotros.
Creí oír el estruendo de un trueno en el cielo;
era Hitler en Europa diciendo: “¡Deben morir!”;
nos tenía en mente, querida, nos tenía en mente.
Vi un perrito con abrigo cerrado con un alfiler,
vi una puerta abierta para que entrara el gato:
pero ellos no eran judíos alemanes, querida, ellos no eran judíos alemanes.
Bajé a la bahía y me paré junto al muelle,
vi nadar a los peces como si fuesen libres
a cinco metros de mí apenas, querida, a cinco metros de mí.
Crucé un bosque, vi a las aves en los árboles;
no tenían políticos y cantaban a placer:
no eran la raza humana, querida, no eran la raza humana.
Soñé que vi un edificio con mil pisos de altura,
mil ventanas y mil puertas;
ninguna era nuestra, querida, ninguna era nuestra.
Me detuve en la pradera entre la nieve que caía;
diez mil soldados marchaban de aquí para allá:
buscándonos a ti y a mí, querida, buscándonos a ti y a mí.


Todos los días son 20 de junio. Todos los días son el Día Mundial del Refugiado.

3 Comments:

At 16/9/15, 5:03 p.m., Blogger Juan Bacot said...


Muy Interesante Luis Ricardo. De alguna forma todos somos desplazados, muchas veces en nuestra propia patria, otras en tierras lejanas, cuando nos convertirmos en extranjeros. Solo el que ha vivido lejos de su tierra sabe de lo que hablamos.
Saludos. Juan Conejo

 
At 16/9/15, 5:14 p.m., Blogger Juan Bacot said...


Muy Interesante Luis Ricardo. De alguna forma todos somos desplazados, muchas veces en nuestra propia patria, otras en tierras lejanas, cuando nos convertirmos en extranjeros. Solo el que ha vivido lejos de su tierra sabe de lo que hablamos.
Saludos. Juan Conejo

 
At 14/1/17, 4:29 p.m., Blogger Unknown said...

Todos somos inmigrantes de una forma u otra.

 

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