jueves, julio 19, 2018

Sección de libros comprados y no leídos

Sí, ya lo sé. Han sido años de silencio. ¡Qué se va a hacer! Incumplo muy fácil mis propias promesas. A decir verdad, a veces he pensado que, de todos modos, nadie lee esto, salvo mis amigos y amigas, y que a ellos les puedo escribir de otro modo: un whatsapp, un email... (quisiera decir "una carta", pero tengo siglos de no mandar una escrita a mano). 

La mayoría de las veces el silencio ha sido provocado por una mezcla de ausencia de inspiración, exceso de trabajo y pereza. Ayer me acordé de este blog. Y hoy escribo algo en él.

¿Saben qué sí he seguido haciendo, en forma constante? Hacer crecer la sección de libros comprados y no leídos de mi biblioteca. Se lo decía a alguien un día de estos: estoy gastando mucha plata en libros, ¡pero qué se puede hacer! Si no los comprás, en un país como este (que con suerte traen cinco ejemplares) los perdés en cuestión de horas. Así que prefiero que descansen y esperen en los estantes de mi biblioteca que en los estantes de la biblioteca de otra persona.
 
Los libros son pacientes. Saben esperar. Saben que algún día serán leídos.

La gran mayoría ha llegado a mi colección de forma ordinaria. Es decir, una vuelta a la librería "sólo a ver... sin comprar nada", recorriendo pasillos, mirando las novedades, los libros de arte, los comics, las novelas... a ver si llegó algo de Galbrait o de Gaiman [que no tenga, ¡claro está!]; Hesse, Tolkien (gracias, don Christopher), Eco, King (siempre hay algo nuevo), la sección de cine o de música, la de filosofía, cosas curiosas y libros raros, los descuentos...
La vuelta "sólo para ver" termina usualmente en la utilización efectiva de mi tarjeta de crédito ("para eso la inventaron", señala con agudeza mi conciencia, y ella misma se responde de inmediato: "en efecto, tienes razón"). Y tiene razón.
O sea, la forma ordinaria consiste en buscar algo y encontrarlo (cosa que rara vez sucede), o bien, la pura serendipity (me gusta esa palabra) de encontrar algo sin buscar. Suele ser así. El libro se autopresenta. Dice "Psst!" y me hace un guiño. Como diciéndome "llevame contigo". Y yo: "no, tengo mucho sin leer"; y él: "no pasa nada, yo espero"
A veces nada encuentras y a veces sobran los hallazgos y falta la plata. O le entran escrúpulos a la tarjeta de crédito y te ponés a escoger. Lo cual es simplemente una falacia: a los dos días estaré comprando los que dejé sin comprar (a riesgo de que ya no estén y los pierda, por idiota).
La otra opción (poco frecuente) es que alguien te regale un libro. Me pasó un día de estos: lo recibí por correo ordinario (con estampillas y todo) de parte de mi buen amigo Danilo Bueso, desde Honduras.
Finalmente, también existe otra opción: que alguien te lo ofrezca directamente. También me pasó hace poco en el aeropuerto La Aurora, de Ciudad de Guatemala, cuando me ofrecieron un libro escrito por una escaladora local que subió el Everest. Linda edición con fotos a todo color. Encantado de aceptar la oferta y cooperar con la causa de construcción de refugios.

He estado pensando mucho en libros últimamente. La sección de libros comprados y no leídos ha crecido mucho. 

1 Comments:

At 19/7/18, 6:27 p.m., Blogger Lore Hopes said...

Yo tengo ebooks comprados y sin leer :)

 

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