Un costarricense gana Festival de Viña del Mar

Según él mismo contó, la gente en la Quinta Vergara coreaba el estribillo de su canción.
Conozco a Humberto, el brillante sonido de su guitarra y la excelencia de su música desde hace años: el día en que nos conocimos coincidió con la primera visita a Costa Rica de Alejandro Filio.
La guitarra de Humberto es simplemente excelente, virtuosa. Y esa calidad la refleja no sólo en sus canciones, sino también en su vida y su trato afable.
Algunos llamarían a su música "trova", Humberto la acerca más bien a la música folklórica latinoamericana, y a mí simplemente me gusta llamarla "buena música", para distinguirla de la música desechable, de esa que lastima el oído, que nace muerta, que es un desperdicio.
"Dilo de una vez" pertenece a su segundo disco compacto, titulado "Aire". Aunque no he escuchado las otras canciones finalistas de Viña del Mar, estoy seguro que ninguna se comparaba con la canción de Humberto. Esta es su letra:
Dilo de una vez, ¿Qué hay entre tu mente y este humo de café? ¿Qué es lo que te está costando tanto traducir?
tal vez no exista manera de decirlo sin herir.
Dilo de una vez,
dilo en línea recta no te enredes por mentir
y alza tu mirada ¿Qué le vez tanto a un mantel?;
sólo son casitas de montaña repetidas cada dos.
“Sin herir, sin herir...”,
me halaga tanta consideración
“Sin herir, sin herir...”,
de todas formas te agradezco la intención.
Dilo de una vez,
no le pongas freno burocrático a este guion,
que ya me sé mis líneas, empecemos la función,
siempre hay un héroe, una princesa y un dragón.
Dilo de una vez,
que tanto vértigo hace malo al corazón
y alza tu mirada ¿Qué le vez tanto a un mantel?
sólo son casitas de montaña repetidas cada dos.
“Sin herir, sin herir...”,
me halaga tanta consideración
“Sin herir, sin herir...”,
de todas formas te agradezco la intención.
Dilo de una vez,
no me conviertas en manilla de reloj,
en almanaque que ya llegó enero y no se usó,
no me consueles con pagar la cuenta a medias por favor.
Dilo de una vez,
que tanto vértigo hace malo al corazón
y alza tu mirada ¿Qué le vez tanto a un mantel?
sólo son casitas de montaña repetidas cada dos.
“Sin herir, sin herir...”,
me halaga tanta consideración
“Sin herir, sin herir...”,
de todas formas te agradezco la intención.
Dilo de una vez
La voz potente y armoniosa de mi amigo se expandió en la Quinta Vergara y acarició "sin herir" a todos, para transmitirles humanidad y respeto por el arte y la expresión auténtica del espíritu humano. Y ganó.
Estimado Humberto: desde la distancia, en nombre de todos hijos de esta querida patria, te felicito y te agradezco que hayas puesto tu talento en juego, que lo hayas motivado a dar frutos, a producir y a regalarnos tu música a manos llenas. Tu música, que es tu alma; tu música, que nos entrega cada vez que te escuchamos un poco de "aire", que nos motiva a separar "mala hierba y flor", que nos revaloriza las viejas canciones "tono sepia" de nuestros abuelos; que nos advierte contra los "transaludadores" y los "comerciantes de colores" de la modernidad. Que resume nuestra vida, la inserta en la vida de Latinoamérica, y le da esperanza renovada.
Felicidades.
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