jueves, febrero 01, 2007

Giri

Japón (y, en general, todo el oriente) es para mí un gran misterio. Casi nada conozco de su cultura y creo que nunca he siquiera entrado a un restaurante japonés. Nunca he bebido sake. Posiblemente si alguna vez visito Tokio, sería una versión resumida del personaje de "Lost in translation".

Bueno... de acuerdo: algo sabe uno de cada región del mundo (algo se aprendía ANTES en escuelas y colegios), por lo que, si me preguntan sobre Japón, podré hablar de Hirohito, de Yamamoto, del ataque a Pearl Harbor y de Hiroshima y Nagasaki (¡guerra endemoniada!); de los estadios del Mundial del 2002; de las marcas de autos que inundan nuestras calles; de las actuaciones de Ken Watanabe o las películas de Akira Kurosawa; del ikebana, del origami o del animé. Ultraman y Gotzilla destruyendo Tokio por enésima vez... Mmmm, la verdad es que, pensándolo bien, algo conozco de esa lejana tierra. Por lo menos sé que hablan en japonés y que no entiendo ni papa de japonés. Mi amigo y exalumno Luis Roberto vive y trabaja allá y un día me dio una copia de la Constitución de Japón, en la cual hay un artículo mediante el cual el pueblo japonés renuncia a la guerra para siempre. Un tema bien interesante, que Luis Ro investiga actualmente. Y también sé que espero ver pronto "Letters from Iwo Jima", de Clint Eastwood, uno de mis favoritos de siempre, desde los westerns "spaghetti" de Sergio Leone.

Hace pocos días, mi amigo Felipe me escribió un email contándome acerca de una partecita de las tradiciones japonesas: el Giri. Me decía: "El "giri" se podría traducir como una consideración y un respeto por las demás personas. Como parte de esta tradición, los japoneses siempre considerarán a su cliente como su cliente aunque les deje de comprar y a su profesor como profesor aunque les deje de enseñar. Esto me gustó porque las personas que uno conoce dejan una marca imborrable en uno que el tiempo moldea pero nunca logra borrar."

De inmediato me interesó el tema del Giri (Felipe lo llamó "severo y genial") y me di a la tarea de buscar alguna información. Según averigüé, GIRI es una palabra difícil de traducir o explicar: consiste, como decía mi amigo, en la "obligación" o "deber" (más moral que jurídico) de preocuparte por los que te han dado algo. Es como saberse deudores de aprecio, de atenciones, de gratitud recíproca, aunque eso implique algún sacrificio. Así, parece que está presente en las relaciones entre amigos, maestro-alumno, familia, negocios, etc. Según leí, su origen es samurai. El giri "obliga" a devolver favores y a que las relaciones sean armónicas (aunque al parecer, también influía en la actitud de los kamikases).

El concepto de giri sigue estando vigente en el país del sol naciente. Por giri, si recibes un regalo debes regalar tú también, de modo que dicen que en Japón se gasta mucho en regalos, pero casi nada en juicios. Interesante, ¿no creen? Quizá si nos ocupáramos más en los demás y no tuviéramos reparo en manifestar agradecimiento y prodigar atención a quienes nos han favorecido (ya sea con su conocimiento, con su amistad, con su patrimonio, con su tiempo, con su consejo, como sea) nuestra sociedad sería menos violenta.

Es curioso, pero sin saber nada acerca de esto, yo siempre había dicho que, para mí, mis alumnos de la universidad siguen siendo alumnos míos aunque pasen años. Felipe decía lo recíproco, es decir, profesores que siguen siendo profesores. Creo que esa idea está directamente relacionada con el Giri japonés. Porque yo también creo que la gratitud es la moneda de curso legal de las relaciones humanas.

Y ahora que los horarios de los cursos me han obligado a dejar de dar lecciones en la Universidad, todo eso adquiere una mayor relevancia para mí. Y la verdad, es asombroso cómo se puede aprender algo siempre.

Sayonara