viernes, septiembre 21, 2007

Familia de músicos

Hace unos días estaba escuchando una canción de 1991 de los Williams Brothers, llamada "Can't cry hard enough" (que por cierto se usó acertadamente para musicalizar un homenaje a las víctimas del 9-11). Andrew y David Williams nacieron en 1960 y comenzaron a cantar desde muy jóvenes. A los 14 se presentaron en el programa de TV "Partridge Family". Sacaron algunos discos en los 70's y se perdieron de vista. Fue en los noventas cuando regresaron con esa monumental canción. 

Es posible que los hermanos Williams sean lo que algunos llaman "One-hit wonders" (aunque otras canciones de su CD del 1991 son buenas). Pero lo que comencé a pensar mientras escuchaba su música es lo maravilloso que debe ser cantar junto a un hermano. Me refiero a cantar profesionalmente. Tener un proyecto musical propio pero compartido con tu familia: tocar instrumentos juntos en un escenario, componer y disfrutar la música con tus hermanos de sangre. Los envidio. Debe ser algo increíble. Sobre todo cuando se aplacan los bríos de la adolescencia y se llega a la madurez, acabándose esa típica confrontación fraternal de juventud.

Y entonces, intenté recordar a otros que han tenido la dichosa experiencia de hacer grupo con un hermano o hermana. 

La primera pareja que me vino a la mente fue Carpenter's, que hubieran llenado más de buena música este mundo de no ser porque la anorexia nos robó a Karen Carpenter. Es difícil imaginar la soledad de Richard Carpenter al perder a su hermana: ella era pieza clave de su vida y la voz de su música... una voz inigualable, por cierto. Creo que eso llevó a Richard a componer "Karen's song", un hermoso homenaje lleno de cariño a su hermana pequeña, y a dedicar esfuerzos a la "Carpenter Family Foundation".

Para cuando los hermanos Williams apenas aprendían a gatear, Brian, Carl y Dennis Wilson estaban fundando una banda de música californiana (surf) inmortal, que conocemos como los Beach Boys. Poco podemos añadir a ese nombre, salvo una larguísima lista de éxitos y clásicos, y una herencia musical al pop de la profundidad del Gran Cañón. La crítica musical llamó a su álbum "Pet sounds" de 1966 (en el cual viene "God only knows") como uno de los más grandes álbumes del siglo. Casi nada.

En el corazón del grupo rock Heart encontramos a dos hermanas, curiosamente también de apellido Wilson: Ann y Nancy. De su talento genéticamente compartido nos hemos beneficiado. Nadie puede olvidar "These dreams" o "Alone", y otro montón de melodías famosas.

Recuerdo otros casos: los Cassidy (David y Shaun, que eran medio hermanos, aunque no tocaron juntos), los Jackson Five y los Osmond 's (Alan, Wayne, Merrill, Jay... y luego Donny y Marie).

En Costa Rica, los músicos hermanos que primero vienen a mi mente son mis amigos Carlos, Ramiro y Quique Guzmán, quienes forman ese maravilloso grupo llamado Gaviota, siempre vigente y exitoso. Como el buen vino, la música de Gaviota suena mejor cada día, cada día sube más alto, cada día sus alas son más fuertes. Para ellos, mi afectuoso saludo.

También están Fidel y Jaime Gamboa, líderes del grupo nacional Malpaís, un proyecto musical sorprendente. Para ellos también va mi reconocimiento y saludo.

Y para terminar, no puedo dejar de mencionar a tres hermanos que están entre mis favoritos de todos los tiempos. Podían tocar un concierto de varias horas sólo con sus éxitos de rango mundial. Me refiero, como no, a los Bee Gees. Barry. Maurice (R.I.P.) y Robin Gibb. Mejor no detallo éxitos ni discos de oro, porque no acabaría nunca. Pero lo que sí quiero decir es que la música de los Bee Gees estuvo muy presente en mi juventud, especialmente en mi infancia. Porque aunque algunos los conocieron a finales de los 70's con sus canciones disco para "Saturday night fever", yo los conocí mucho antes. Gracias a una película maravillosa, que quizá alguien recuerde, que se llama "Melody" (1971). La pasaban en las tardes, creo que en Canal 6. Mis hermanos y yo la vimos decenas de veces. Junto a las imágenes del colegio inglés en el que se desarrolla la trama --un romance infantil entre Daniel y Melody--, sonaba la música de los Bee Gees: "In the morning", "To love somebody" y "First of may", entre otras, además de "Teach your children", de Crosby, Steals, Nash & Young, al final de la película. Eran una época en la que aún no había MTV ni videoclips, pero desde entonces esas imágenes (sobre todo la tarde de lluvia en el cementerio) son inseparables para mí de esas fabulosas canciones. Melody se recuerda con cariño, como se recuerda la infancia. Fue el primer guion de quien más tarde se convertiría en un gran cineasta: Allan Parker (director de "La vida de David Gale", "Evita" o "The Wall"). Cuando hace pocos días una copia del soundtrack de Melody llegó a mis manos, retorné a esa infancia, cuando tenía nueve o diez años; regresé al TV en blanco y negro de mis padres y me emocioné profundamente.

Y no es que yo sea una de esas personas que ve el futuro con pesimismo. Quizá algunas veces. Pero sí soy una de esas personas que le encanta regresar al pasado. Sobre todo a esos años de la escuela y primeros años de colegio, en casa de mis padres: a las tardes de lluvia, con lecciones en la escuela; a la bicicleta, a mis primeros discos, a mis programas de tv favoritos, a mis primeros libros, a mis hermanos. Porque, como alguien dijo alguna vez, pocas cosas hay más nobles, más fuertes, más sanas y más útiles en la vida que un buen recuerdo, sobre todo cuando es un recuerdo de la infancia.

Y cuando regreso allí, me doy cuenta que sigo siendo exactamente la misma persona que era cuando tenía 11 años; y que me siguen gustando los helados, las papas fritas y las hamburguesas; que me siguen gustando los juguetes de Star Wars y los comics; y la música de Bread, Wakeman y Eagles. Y la televisión, y el cine. Y las palomitas de maíz. Y escuchar una historia de terror por las noches. Y todo eso regresa cuando escucho a los tres hermanos australianos cantar "When I was small, and christmass trees were tall, we used to love while others used to play..."