jueves, abril 20, 2006

V for vendetta

El estreno de la película V de venganza (V for vendetta) dirigida por James McTeigue  y basada en la novela gráfica de Alan Moore (guion) y David Lloyd (dibujos), debe ser considerado, a mi juicio, un acontecimiento relevante en el cine durante este año, y una buena excusa para la reflexión sobre temas trascendentales para la sociedad, aunque sean políticamente incorrectos.

Moore es considerado uno de los mejores guionistas de cómic y es conocido por otros trabajos suyos, como The League of Extraordinary Gentleman. La película, detrás de la cual están los creadores de “Matrix”, fue escogida para inaugurar el Festival de Cine de Berlín, y a juzgar por las conferencias de prensa que hubo después, fue aplaudida por la crítica. 

V for Vendetta narra una historia ambientada en un futuro no lejano, en una Inglaterra que se ha transformado en un régimen totalitario de corte fascista. Evey (Natalie Portman) conoce a un enmascarado (nada menos que Hugo Weaving, el Agente Smith de Matrix; o Elrond, en Lord of the Rings), conocido solamente como "V", un hombre carismático y versado en el arte del combate, quien mediante actos de violencia intenta despertar a la población y promover una revolución. V siempre viste un disfraz de Guy Fawkes, no por casualidad. Fawkes es un personaje histórico británico que fue apresado el 5 de noviembre de 1605, cuando estaba a punto de prender fuego a unos barriles de pólvora para volar el parlamento británico y acabar con el Rey. Formaba parte de un grupo que ansiaba poner fin a la persecución de los católicos ingleses, creando una situación de caos y desorden en el país, que condujese a la instauración de un nuevo régimen político. Desde entonces, según leí por ahí, el 5 de noviembre cada año se celebra como "el día de Guy Fawkes" o "The Bonfire Night", con fuegos artificiales.

Ahora bien: el pasado de V es fundamental para entender sus actos, que no sólo poseen fines sociales altruistas, sino también de venganza personal. El director describe su película como un ‘thriller’ político con un protagonista oscuro y polifacético. V quiere continuar el plan que Guy Fawkes no pudo ejecutar. Se siente predestinado a desestabilizar un sistema cruel e injusto, ligado a su busca de venganza personal. Resulta perturbador que V utilice una máscara de Fawkes, pues estas tienen una imagen escalofriante por su sonrisa, que confiere al personaje un aire bizarro: ves a alguien que va a matarte con una sonrisa en su cara. Por algo su película favorita es “El conde de Montecristo”: Edmundo Dantes también busca venganza.

V no es un “héroe”, pero sí una especie de conciencia. Por ello sus actos no pueden juzgarse en blanco y negro, como “buenos “o “malos”, ya que representa a mucha gente. Y eso en la película queda claro.

Por su parte, es también la historia de una persecución policíaca, en la cual el inspector Finch (Stephen Rea) desentraña poco a poco la poca evidencia que existe de que el gobierno británico oculta un crimen inconfensable.

La trama es magnífica y el guion me parece excelente, inteligente, que despierta la reflexión, pero ajustado a una película de acción un poco tenebrosa. Previene contra los peligros que engendra la corrupción, el control, la manipulación y la represión, pero a la vez explora los riesgos del extremismo: el de un gobierno que abusa de su poder, y el de un sujeto que se toma la justicia por su mano.

Hay mucho que hablar sobre ella, tanto desde el punto de vista cinematográfico como desde el punto de vista ideológico, y este, desde la teoría o desde la praxis; desde la historia o desde la actualidad. Para decir algo, me conformo con indicarles por el momento que la película es un gran reto al pensamiento sobre temas profundos, algunos de tipo social o político, como la libertad, los objetivos de cualquier gobierno, los peligros del poder absoluto y el significado de la fuerza de los pueblos (sus verdaderos titulares); y otros de carácter más personal, como los sentimientos de venganza, la violencia, el valor del arte e incluso el amor. “Los pueblos no debería temer a los gobiernos”, dice V. “Son los gobiernos los que deberían temer a los pueblos”. V es más que un hombre: es una idea. Y como él mismo dice, “las ideas son a prueba de balas”. 

La historia de Latinoamérica está llena de ejemplos de ideas a pruebas de balas, y también de balas, tiranías y torturas. Son temas incómodos, que se dejan de lado porque hieren susceptibilidades, hacen que pierdas votos, bajan el rating de los telenoticieros o simplemente se ignoran por ignorancia o cobardía. Son temas permanentes no sólo en nuestro continente, sino en todos: USA y sus absurdas guerras en nombre de la paz, medio-oriente... Son temas que no pueden olvidarse ni obviarse.

Siempre he pensado que nuestra sociedad podría transformase radicalmente si todos así lo decidiésemos: no hay estructura ni legislación ni status quo permanente, pues todo se basa en decisiones precedentes que pueden (y en algunos casos deben) ser cambiadas. Y eso también en una democracia, que es la peor forma de gobierno con excepción de todas las demás, diría Churchill.

Cinematográficamente, V for vendetta es algo notable. ¡Ni que decir de la máscara que porta Hugo Weaving, dando una lección de actuación!... 

Remember, remember / The Fifth of November / The gunpowder treason and plot
I know of no reason why the gunpowder treason / Should ever be forgot

(Recuerda, recuerda / el cinco de noviembre / el complot y la traición recordarás
Por ninguna razón el complot de la pólvora / debería olvidarse jamás…)